Si pudiera elegir
Si pudiera elegir me gustaría morir por una bomba atómica en la zona cero. Inesperadamente fundirme a mil grados centígrados. En un segundo. Y que mi sombra se quedara pegada al suelo junto a la sombra de una flor, por ejemplo.
– Tú lo que eres es un egoísta. Lo dices porque no quieres morir solo. No quieres que el dolor te haga buscar a Dios, ni tiempo para pensar en Él.
– No me hagas reír. Si Dios existe; al vernos, al ver lo que hizo, sin duda se hizo ateo y nos abandonó hace tiempo. Y que sepas que aunque vivamos juntos, todos moriremos solos.
Televisiones rojas bajo el cielo azul. El mundo grita sus desastres mientras cambiamos de canal buscando risas enlatadas. Un mundo feliz; con fútbol, grandes o pequeños hermanos, tele-comedias, tele-dramas, tele-vidas y risas, muchas risas enlatadas. Todo le pasa a los otros: guerras, efecto invernadero, hambre… Todo parece mentira hasta que “el directo” cae sobre ti como una bomba.
-Creo que voy a ir al desierto Nevada. Allí los americanos prueban las suyas antes de hacerlo con el mundo.
– ¿Y qué tiene de inesperado ir al desierto de Nevada y esperar a una bomba?
– No sé. Supongo que lo único inesperado allí
es
esperar una flor.
Porque nací con instinto suicida
tengo una constante voracidad de infinito
que me acerca a las estrellas
y a las vías del tren. Quizá, si fuera aviador,
no tendría que asomarme a las ventanas
en un intento infantil de arrimarme al horizonte.
No tendría que mirar al cielo
como ave con ala rota,
ni perseguir la sombra de los pájaros.
Abismado, solo intento sobrevivir
a este mundo interior que me aleja,
con eterno anhelo al mar
y una inolvidable melancolía por las montañas.
Allí, donde nacen…
Allí ,madre, necesito ir.
(atardecer, lavanda, colibrí)
– Siento perder la vida que me diste
buscando.
Flores de colores
Flores de colores atadas a una valla y un pájaro muerto sobre el asfalto son, quizás, las únicas notas de color de un día gris que se agolpa en el parabrisas con minúsculas gotas como lágrimas. Se obstina en repetirse en repetirse en repetirse hasta acabar narcotizado por una ciudad que no cesa de girar. Todo gira en torno a la franja roja –como barrote– de mi taxi. Atrapado, el vacío se amontona con el aire de la calefacción; las sirenas mueren ahogadas en un mar de ruido; todos los caminos parecen el mismo. Y el pony gira una vuelta más en la noria; en la ciudad noria.
– Gran Vía 35. Son 37 con 50
–Aquí tiene, muchas gracias
– Gracias
( 40 euros. Otra carrera y dejo el infierno hasta mañana)
Es irónico: enciendo la luz verde de “libre”. A ver si hay suerte y no tengo que trillar demasiado la calle. Verde de monte, de mar… espacios lejanos en los que perderme en el horizonte; verde que no veo. Sólo, a veces, cuando en una calle recta –tan recta como la luz de la tarde– todos los semáforos se ponen de acuerdo y acelero.
¡¡Gracias!!
Hace varias semanas inauguramos la segunda exposición de Palagrafías en el Café El Violín, en la localidad madrileña de Getafe. Una vez más familiares, amigos y más de un seguidor incondicional -según ellos mismos nos dijeron (¡gracias!)–nos acompañaron en ese día tan especial para nosotros superando nuestras expectativas.
En esta ocasión, volvimos a repetir la experiencia de preparar un pequeño recital en el que Manuel leyó algunos de los relatos que acompañan a las fotografías de Noelia.
Y de nuevo la música también formó parte de ese día tan especial gracias al grupo Perros Flacos, que interpretó algunas versiones de Extremoduro y Fito & Fitipaldis arrancando los aplausos (muy merecidos) de todos los que allí estábamos.
Ese día más de uno os animasteis a llevaos a casa alguna de nuestras Palagrafías, tanto de las que estaban colgadas en las paredes de la exposición (prometemos que os las haremos llegar en breve), como las reproducciones en formato postal que pusimos a la venta . Así que una vez más, gracias, gracias y mil gracias.
Esperamos repetir de nuevo la experiencia, siempre tan gratificante, y veros a todos muy pronto.
Mientras tanto, podéis seguir disfrutando de este blog y de la exposición que permanecerá unos días más en el Café El Violín.
mi cabeza
mi cabeza
es una pecera
donde los peces giran y giran
y giran locos.
alguien los echó de comer
alguien extraño
alguien
que siempre estuvo ahí –agazapado-.
( El otro día vi un gazapo / lo vi un instante que pasaba con el coche/ antes de salirme de la carretera/ y comprendí inmóvil/ el porqué alerta y frágil de esta palabra: como la vida. Es un algodón que huye/ entre pequeñas nubes de polvo.)
mi cabeza
tiene forma de casco de astronauta
que mira las estrellas
( Porque esa luz/ o cualquier luz/ puede ser una estrella que ya no existe por ejemplo)
que tiembla –como yo- y gira
y giran y giras alrededor
de la farola la polilla –apagada-.
las farolas, me refiero.
y el sol sale a ratos y esa luz
blanca como al nacer
nos ciega y la música en silencio y nosotros
obscenamente tristes seguimos
sin encontrar respuestas en la cocaína
y ya toca mirarnos
nuestras caras leprosas saliendo de la discoteca.
Exposición Café el Violín
Palagrafías salta de nuevo de este blog a una sala de exposiciones, y será una gran alegría poder compartirlo de nuevo con todos vosotros.
A partir del próximo 25 de mayo el Café el Violín, en Getafe (Madrid), nos hace un hueco en su local para mostrar nuestra combinación de fotografías, cuentos y poesías.
El día de la inauguración queremos que sea especial. Por eso, además de poder disfrutar de varias de las Palagrafías de este blog sobre las paredes del café, nos acompañará la música del grupo “Perro flacos” y, por supuesto, Manuel leerá algunos de sus relatos.
Será a las 19:00. ¡Estáis invitados!
Como una fotografía
Como una fotografía vieja
en la que aparece un forzudo
con bigote y traje de tirantes
a rayas.
Así, como en una fotografía vieja
nos tiene cogidos sobre sus hombros
( a mis 3 hermanos y a mí )
como si fuéramos una pesa
de aquellas de 2 toneladas.
Sonriente. Sin esfuerzo
muestra su fuerza y su familia
en una playa de Peñíscola
con el castillo al fondo.
Lo tengo en una fotografía. Sí.
Es el mismo
que ahora se acerca por la calle
encogido y frágil, como de lado,
apoyado sobre su bastón
lentamente.
Sí. Es el mismo.
Lo tengo en una fotografía.
Era una mañana soleada.
Las hienas
Las hienas son feas.
Las hienas tienen una risa voraz que pone nervioso a todo el mundo.
Las hienas tienen un color raro.
Las hienas, con sus mandíbulas, pueden partir huesos enormes.
Su cara
es como si solo tuviera boca -Solo devorar-.
Las hienas tienen chepa. Las patas
de atrás
más cortas que las de delante y corren como cojeando;
pero lo pueden hacer durante cientos de kilómetros
hasta
que su presa
agotada
se tiende en la tierra a dejarse morir.
Pero no la ahogan
como hacen los leones, los leopardos, los tigres. No.
Se la comen viva
en un festín sangriento entre risas y dentelladas
empezando -siempre-
por las partes más dolorosas:
los ojos,
los genitales,
la nariz…
Las hienas
son feas.
Crueles.
Podemos decir, que son feas por dentro y por fuera.
Pero sin embargo
con traje
mira telescópica y rifle
solo hay uno que mata
por placer.
Ingredientes
Ingredientes para seres afortunadamente atípicos:
2 Kg de sueños botánicos.
1 mapa de lugar donde dejo las cosas para no perderlas.
3´5 metros de cinta VHS con vídeos de gatitos.
2 trozos –aunque sean minúsculos – de la pared que vi en Barcelona con un grafiti que decía:
“ Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos”.
6 gotas -estas sí son minúsculas- de las que se desprenden al pelar
una mandarina con las manos.
1 montaña nevada.
2´3 litros de la primera nota -asonante- de la 9ª Sinfonía de Beethoven.
1 momento de palíndroma belleza
que podamos pasar –a nuestro gusto-
para delante
y para atrás
como el Cine Exin por ejemplo:
La-ruta-natural
Larutan-atur-al
1 botella de otoño.
2 botes de primavera
con Agua de Colonia barata
que huela como
cuando la lluvia huele a mar profundo o como
cuando la tierra huele a lluvia
o
cuando la lluvia tú y yo.
( Colonia
de lluvia barata
porque nuestro amor es barato como el de Pedro Casariego.)
4 setas rojas invisibles.
1 martillo de cristal y 100 clavos de piedra… Y cualquier cosa
-tus deseos, mis manos-
que no esté en esta lista y la veas en a través del agujer o en la caja de Saint-Exupéry.
Cualquier cosa que
digas
o pienses
o sientas
o sueñes
siempre y cuando
sean imposibles.